Pichones de Pinzón de Manglar, nacidos en cautiverio, fueron liberados en su hábitat natural

Los 15 primeros pichones de pinzón de manglar que eclosionaron en cautiverio y se han mantenido bajo el cuidado de los expertos durante los últimos cuatro meses, fueron liberados en su hábitat natural, lo que representa una esperanza de recuperación de la especie.
El pinzón de manglar, ave endémica de Galápagos, cuyo hábitat está restringido a una pequeña zona de mangle en Playa Tortuga Negra, al suroeste de la isla Isabela, se ha visto amenazada por la presencia de la mosca parásita Philornis downsi, que en su estado larval se alimenta de la sangre de los pichones, impidiendo su supervivencia. Hasta inicios de este año, la población de pinzón de manglar se estimaba entre 60 y 80 individuos, por lo que el incremento de estas 15 nuevas aves es considerado como exitoso.
«Esta Cartera de Estado ha enfocado la mayor parte de sus esfuerzos en restaurar poblaciones que se han visto seriamente amenazadas como es el caso del pinzón de manglar. Nos sentimos orgullosos de los resultados alcanzados y estamos seguros que es un gran avance para la recuperación de la especie», aseguró la Ministra del Ambiente, Lorena Tapia.
El proyecto para recuperar el pinzón de manglar, que es ejecutado por el Ministerio del Ambiente, a través de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, la Fundación Charles Darwin y el Zoológico de San Diego, se desarrolló en tres fases que incluyeron la recolección de los huevos de los nidos naturales y su posterior incubación artificial en los laboratorios implementados; el traslado de los pichones a los aviarios de preliberación; y su liberación y monitoreo.
Por su parte, Arturo Izurieta, Director del Parque Nacional Galápagos, resaltó la importancia del apoyo recibido por otras organizaciones para la ejecución de los proyectos. «La Autoridad Ambiental siempre necesita la colaboración de aliados estratégicos que nos den asistencia técnica y científica para cumplir con nuestros objetivos».
Una vez superada la primera fase, en la que se logró la eclosión y supervivencia de 15 pichones, éstos pudieron alimentarse por sí mismos, para más tarde ser trasladados a los aviarios de preliberación ubicados en el bosque de manglar de Playa Tortuga Negra. En estos aviarios, especialmente construidos para este fin, se les colocaba troncos, hojarasca y semillas de mangle negro con orugas, para motivarlos a la búsqueda de alimento como si estuvieran en libertad.
Entre la semana cuatro y seis, los técnicos empezaron a abrir los aviarios para que las aves se liberen. Los siete individuos mayores fueron los primeros en salir de sus jaulas y posteriormente fueron liberados los siguientes, hasta completar los 15 pichones.
Durante un mes, aproximadamente, los cuidadores mantuvieron abiertas los aviarios para que los pinzones regresen si lo necesitaban. Los primeros días las visitas fueron frecuentes, pero poco a poco fueron disminuyendo.
Antes de su liberación, a cada pinzón se le colocó un diminuto transmisor de 0.03 gramos, con el que se pudo rastrear sus movimientos durante el tiempo en el que se mantuvo el campamento de los expertos en el área. Los primeros monitoreos muestran que a los pocos días, los pinzones liberados volaban largas distancias e interactuaban con sus similares silvestres.
Asimismo, no se evidenció comportamiento agresivo de los adultos silvestres por los pichones nacidos en cautiverio, por lo que los técnicos creen que son capaces de reconocer a los de su especie. Los últimos monitoreos realizados por el equipo de expertos, reporta que ocho de los pinzones permanecen cerca al bosque, mientras que los demás se dispersaron fuera de su hábitat.
Estos primeros 15 pichones liberados marcan el inicio de un proyecto que con su continuidad ayudará a alejar a esta pequeña población de pinzones de la extinción. Su principal amenaza, la mosca Philornis dawnsi es motivo de estudio por parte de los científicos y técnicos a fin de encontrar un mecanismo que aporte a su erradicación. Mientras tanto, en el hábitat del pinzón de manglar, la autoridad ambiental ejecuta acciones de control de especies como gatos hormigas de fuego y ratas introducidas.
“El pinzón de manglar con una población estimada de sólo 80 individuos, es la especie de ave más amenazada en las Islas Galápagos. En base a los resultados de nuestras actividades de seguimiento posteriores a la liberación, podemos concluir que esta primera temporada del proyecto ha sido un gran éxito y más aún si tenemos en cuenta que este año tan sólo seis pichones silvestres lograron ser criados en su medio natural. Solamente en esta temporada incrementamos el éxito de crianza del pinzón de manglar en más del 200%. Ahora tenemos una forma de aumentar significativamente el número de pichones producidos cada año, mientras se desarrollan los métodos para el control de su principal amenaza, la mosca parásita introducida que causa una muy alta tasa de mortalidad en los pichones. Este importante paso para la conservación del pinzón de manglar es el resultado de un fuerte trabajo en equipo entre todos los socios y colaboradores del proyecto”, explicó Francesca Cunninghame, científica de la FCD.
Datos de la especie
- El pinzón de manglar (Camarhynchus heliobates) es el más raro de las 13 especies de pinzones de Darwin endémicas de las islas Galápagos.
- Clasificado en la actualidad como Críticamente Amenazado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con una población estimada en 80 individuos, es primordial llevar adelante actividades de manejo de conservación para prevenir su extinción.
- Distribuido históricamente en los manglares de Isabela y Fernandina, el pinzón de manglar esta ahora restringido a 30 Has. de manglar en el noroeste de Isabela en Playa Tortuga Negra y Caleta Black.