Pese a los esfuerzos realizados por más de 100 voluntarios para ayudar a que el tiburón ballena, varado en la playa Santa Marianita, ubicada a 30 minutos al sur de Manta, vuelva a alta mar este espécimen falleció.

Como parte de las acciones que el Ministerio del Ambiente realiza para determinar las causas reales de la muerte del espécimen marino, biólogos especialistas en vida marina iniciaron la necropsia bajo estrictas normas de bioseguridad.

El cuerpo del tiburón ballena fue trasladado en una plataforma de carga hacia el sector de la Calabaza, en donde se inició el procedimiento bajo protocolos de seguridad internacionales, pues al desconocer las causas del fallecimiento, el espécimen muerto pude suponer un grave riesgo para la salud humana de quienes no cumplan con estos lineamientos de seguridad.

Durante este trabajo, se pudo descartó que el tiburón haya muerto debido al golpe que presentaba en la parte frontal de su cabeza. Esta primera valoración permitió identificar una abundancia de hemorragia severa en diferentes órganos internos como el estómago, riñón, útero, ovario, páncreas, intestino delgado, hígado, bazo y vesícula biliar; también se encontró este tipo de sangrado en tejidos como el mesenterio y mucosa estomacal e intestinal, lo que permite afirmar, de manera preliminar que este espécimen falleció a causa de una septicemia bacteriana que inició a nivel del órgano reproductor.

Las muestras obtenidas durante el procedimiento serán derivadas hasta un centro de análisis especializado. Al momento se coordina con el Centro de Análisis de la Universidad San Francisco de Quito. Mientras que las muestras de Isotopos la realizará la Fundación Pacífic Whale con quien se ha coordinado este trabajo./ds

El Dato

El tiburón ballena que pesaba aproximadamente 18 toneladas y media cerca de 12 metros fue sepultado ayer en una fosa recubierta de geomembrana, en la zona de la Calabaza, con el objetivo de evitar posibles afectaciones a la salud de la población del lugar y de turistas.