Nandito y Alejandro fueron liberados en el Parque Nacional Cajas como parte de un proyecto de rehabilitación del MAE

Nandito y Alejandro son dos águilas pechinegras (Geranoaetus melanoleucus) que fueron liberadas ayer en el valle de Llaviuco, al interior del Parque Nacional Cajas, luego de un proceso de rehabilitación, impulsado por el Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), en coordinación con la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Cuenca (ETAPA), y varios centros de vida silvestre de la provincia de Azuay. Las aves, ahora, vuelan libres en las explanadas del reserva protegida.
Estos dos ejemplares machos de águila son parte de un Programa Piloto de Rehabilitación y Liberación de Aves Rapaces que ejecuta esta Cartera de Estado, con el fin de reincorporar a estas especies en su hábitat natural. Fernando Juela, técnico del MAE, es el propulsor de este proyecto que duró aproximadamente ocho meses. «El resultado de este trabajo podrá verse en los siguientes días, a partir del comportamiento de águilas y su desempeño en el área natural», explicó.
Las aves rapaces provienen de los zoológicos Yurak Allpa (Nandito) y Amaru (Alejandro); donde permanecieron en un período de aislamiento para su recuperación y posterior reinserción. Durante este tiempo, se colectaron datos importantes sobre su metabolismo y comportamiento, lo que aportará al conocimiento científico de estas aves.
En ese sentido, Francisco Prieto, Director Nacional de Biodiversidad del MAE, aseguró que el tema del manejo ex situ de la fauna silvestre es parte de las políticas y estrategias del MAE. “Ésta es una oportunidad para algunas especies de retornar a su entorno silvestre”.
Nandito estuvo a cargo de Fernando Andrade, especialista en aves rapaces, quien sin ningún tipo de interés más que el de su amor por estas especies, ayudó al proceso de recuperación del ejemplar. «Nandito estuvo en cautiverio cerca de cuatro años, en los cuales fue evaluado, llegando a la conclusión de que podía ser un potencial candidato para la liberación, pues no presentaba impedimentos físicos y su nivel de trato con seres humanos era bajo». Asimismo, Andrade comentó como a través de varias técnicas de cetrería (actividad que consiste en adiestrar aves rapaces para la cacería), enseñó a Nandito a volar, cazar y a utilizar el viento.
Por su parte, Alejandra Recalde, veterinaria del Zoológico Amaru y encargada de la rehabilitación de Alejandro, explicó que el águila juvenil que llegó el 18 de enero del presente año al centro de rescate, permaneció en aislamiento durante 24 días aproximadamente. “Durante este período se cuidó que no tenga contacto con seres humanos y se lo alimentó con presas vivas que puede encontrar en su entorno como codornices, ratas y en algunos casos pollos”, afirmó.
El programa de rehabilitación tiene tres fases que son fortalecer el sistema muscular y manejo de corrientes térmicas mediante las prácticas de vuelo constantes; utilización de señuelos y potenciación de los instintos de caza; y finamente, la liberación y monitoreo. Cabe señalar, que antes de la liberación, se colocó a ambos ejemplares anillos de identificación de colores vivos, justamente para facilitar su visualización. Si bien, estos no son dispositivos de rastreo permitirán reconocer desde lejos a las aves para examinar su evolución.
El tema de las liberaciones no es un proceso que se planifica con antelación, sino que se ejecuta según las capacidades y el comportamiento de los animales que permanecen en observación en los diferentes centros de rescate. Existen dos casos en los que se puede reintroducir a las especies, el uno es cuando se rescata a un animal que presenta las características para ser retornado, y que luego, de un proceso de cuarentena y análisis previo es reinsertado, y el otro, que el ejemplar venga de un proceso de reproducción en cautiverio.
A pesar de que el proceso de liberación es bastante complejo y costoso, el MAE apoya este tipo de iniciativas, pero también considera que es clave desarrollar estrategias de conservación enfocadas para cada tipo de especies o grupo de animales, pues éstas marcan en una hoja de ruta para ejecutar labores de protección.
En ese aspecto, el tema de educación ambiental y sensibilización es sumamente importante, para que la población tome conciencia respecto al cuidado de la fauna silvestre, evitando así, que acciones como las del cóndor ′Felipe′ se repitan.