Ministerio esclarece muerte de ballena jorobada en Santa Elena

Ministerio del Ambiente de Ecuador

Santa Elena, 17 de diciembre de 2015

Tras el lamentable deceso de una ballena en la playa “La Diablica” el pasado 15 de noviembre, el Ministerio del Ambiente ejecutó el respectivo protocolo de necropsia para establecer la causa de muerte del animal. Según el reporte,  una posible  coalición con una embarcación en alta mar o el ataque de otro mamífero marino grande habría desencadenado el suceso.

El cetáceo presentaba hematomas en las dos aletas pectorales, franco dorsal derecho, ojo derecho y cicatrices en la zona ventral y dorsal. También se registró desprendimiento de la epidermis en las aletas pectorales, dorso y en los pliegues ungulares. Internamente, la cavidad abdominal mostró hemorragia interna y lesiones en el hígado.

Posterior a la necropsia, con la ayuda de una retroexcavadora se procedió a realizar una fosa de 8 metros de profundidad y 15 de ancho. En el hoyo se enterró a la ballena y se colocó carbonato de calcio para acelerar su descomposición y evitar malos olores en la playa.

El varamiento de este espécimen se conoció a las 06:30 por parte del Ministerio del Ambiente, luego de lo cual los funcionarios activaron todos los procedimientos de rescate para intentar mantenerlo con vida.

Liderados por Beatriz Ladines, administradora de la Reserva Puntilla de Santa Elena, 24 servidores públicos de la Entidad Rectora del Ambiente, 32 voluntarios de la comunidad y varios miembros de otras instituciones del Estado, llevaron a cabo varias acciones para poder devolverla al mar. En primera instancia se cavó una piscina alrededor del cetáceo para remolcarlo. Sin embargo, debido a la fuerza del oleaje la maniobra no concluyó con éxito.

Ante estas condiciones, se procedió a hidratar al mamífero, bañándolo constantemente con agua de mar. Con esta acción también se pretendía evitar el aumento de estrés del varamiento para estimular su capacidad natatoria y reinsertarla en el mar durante la marea alta.

Conforme transcurría el tiempo, el deterioro en la salud del animal se incrementaba. Siendo las 15:16 el animal no presentó signos vitales, ni reflejos a los estímulos, por lo que se confirmó la muerte del mismo.

El espécimen se trataba de un macho, subadulto, de 10,05 metros de largo total. En el primer examen físico se reportó al animal como inactivo, altamente débil y deshidratado, además de no presentar mayores estímulos, ni comportamiento natatorio.


 

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