Después de 51 años 5 tortugas gigantes vuelven a casa

Galápagos, 20 de febrero de 2016
- Estudios genéticos permitieron conocer el sitio de origen de cinco tortugas gigantes pertenecientes al oeste de la isla Santa Cruz
Después de permanecer en cautiverio cerca de 51 años en el Centro de Crianza de tortugas gigantes Fausto Llerena, ubicado en Puerto Ayora, en Galápagos, cinco tortugas terrestres macho retornaron a su hábitat natural en el sector conocido como Cerro Gallina, ubicado en el oeste de la isla Santa Cruz.
Estudios genéticos realizados durante la última década permitieron conocer el origen de estos especímenes para que el Ministerio del Ambiente organice, a través de la Dirección del Parque Nacional Galápagos junto a Galapagos Conservancy, el operativo de reinserción a su área natural de vida; actividad que forma parte de los programas de Restauración de Tortugas Gigantes.
Washington Tapia, asesor científico de la Dirección del Parque, explicó que las tortugas llegaron en 1965, año en el que fue creado el Centro de Crianza, época en las tortugas eran criadas como mascotas en casas o instituciones.
En este lugar, las tortugas permanecieron durante cinco décadas en cautiverio, pues no se conocía la especie a la que pertenecían, por tanto no cumplían con los objetivos de reproducción de este centro. Sin embargo, cabe señalar que estas tortugas contribuyeron de forma significativa en la implementación y mejora del manejo de tortugas terrestres en cautiverio, su legado puede verse ahora en más de 1200 tortugas que permanecen en el Centro de Crianza a la espera de ser repatriadas a sus islas de origen.
Tapia recordó que los estudios genéticos desarrollados por los especialistas de la Universidad de Yale: «no solo contribuyeron a conocer el origen de las poblaciones silvestres, sino también de las tortugas de origen desconocido y que se mantenían en cautiverio tanto en Galápagos como en el Ecuador continental y otros lugares del mundo. Los resultados nos han ayudado a completar el mapa genético de las tortugas de Galápagos».
Además, Walter Bustos, Director del Parque Nacional Galápagos, dijo que los centros de crianza son la mejor herramienta para recuperar la población de tortugas gigantes que estuvieron al borde de la extinción. «Las tortugas que regresaron a su hábitat cumplirán con su papel fundamental como ingenieras del ecosistema y contribuirán a la restauración del entorno».
El guardaparque Feddy Villalba, responsable del Centro de Crianza, precisó que en este grupo fueron trasladadas las tortugas número 22, 27, 33, 56 y 58 de la especieChelonoidis porteri, todos machos adultos que estaban distribuidos en dos corrales diferentes. Antes de la reinserción a su hábitat, los guardaparques y científicos registraron sus datos y estado de salud. Las edades de estos individuos oscilan entre los 70 y más de 100 años.
Debido al peso de los individuos 350 libras (27 y 33), 450 lb (22), 560 lb (56) y 600 lb (58) el operativo requirió cuatro viajes del helicóptero para la reinserción de las cinco tortugas, dos de la cuales serán monitoreadas durante los próximos 10 años con dispositivos de radiotelemetría que fueron colocados en sus carapachos; esto permitirá evaluar el éxito de su reinserción a su área de vida y conocer sus desplazamientos.
Durante las primeras horas en su nuevo hábitat las tortugas se alimentaron y desplazaron de forma natural, reactivando sus instintos silvestres.