Anfibio extinto hace 25 años fue encontrado en Azuay

El jambato (atelopus bomolochos), es una especie que en nuestro país se consideraba extinta, pues desde hace 25 años no se tenía información de su presencia en suelo ecuatoriano, pues su último registro data de 1990.
Pese a eso, técnicos del Ministerio del Ambiente de Azuay evidenciaron la presencia de tres individuos de dicha especie, en el sector Cerro Negro (bosque protector Moya Molón, cantón Sigsig), hecho que fue reportado al Centro de Conservación de Anfibios Amenazados del Zoológico Amaru de Cuenca y Centro Jambatu, quienes confirmaron el hallazgo.
Esto posibilitó el análisis de datos geográficos con el objetivo de realizar una evaluación ecológica.
Este anfibio constituye una población aislada por barreras geográficas naturales que garantiza la ausencia de trucha como una potencial amenaza; no obstante, su existencia se ve afectada aún por los efectos del cambio climático, incendios forestales, ampliación de la frontera agropecuaria, minería sin los respectivos estudios ambientales, así como la quitridiomicosis, enfermedad causada por el hongo quitridium (Batrachochytrium dendrobatidis), entre otras.
Al momento, la especie de jambato se encuentra en el zoológico Amaru sometida a un proceso de evaluación, que tiene como meta inducir al proceso reproductivo y su posterior reintroducción en su hábitat natural.
Fausto Siavichay, biólogo del centro de conservación de anfibios amenazados Amaru explicó que como parte de este proceso se juntó a un individuo macho y una hembra durante 40 días, el proceso de reproducción incluye la etapa de adaptación, amplexo (el macho se abraza a la hembra sujetándola inmediatamente por debajo de sus extremidades anteriores o por encima de las posteriores), la puesta de huevos y la metamorfosis.
Al culminar este proceso se procedió a separarlos “generalmente en este tipo de anfibios la reproducción demora un poco, por ejemplo en el caso similar del atelopus nanay, duró 60 días para que la hembra ponga los huevos”, señala el biólogo.
Dado el redescubrimiento, el Ministerio del Ambiente, el Zoológico Amaru y el GAD Municipal de Sigsig firmaron una carta compromiso en julio para implementar un plan de acción que permita la conservación del Jambato.
Fernando Juela, técnico de esta Cartera de Estado y Fausto Siavichay, biólogo del Zoológico Amaru, coinciden en que luego de la etapa de reproducción se busca conservar la especie insitu (es decir, dar las medidas de seguridad en el sector donde se identificó el jambato para reintroducir los individuos).
En septiembre el centro de anfibios Amaru recibirá la visita de expertos internacionales para colaborar con el estudio de las especies amenazadas en Ecuador.