Cóndor Guambi fue trasladado a su nuevo hogar en el Bioparque Amaru de Cuenca

Hoy, luego de casi un año de haber sido rescatado en pésimo estado de salud y de haber recibido cuidados constantes para garantizar su sobrevivencia, el cóndor juvenil Guambi fue trasladado a un refugio para aves de su especie, ubicado en el Bioparque Amaru, a 10 minutos de la ciudad Cuenca, provincia del Azuay. Ello como parte del programa de reproducción, crianza y liberación que el Ministerio del Ambiente (MAE) lidera y promueve, con el objetivo de evitar la extinción de esta ave emblemática de los Andes ecuatorianos.
Francisco Prieto, Subsecretario de Patrimonio Natural del MAE, en representación de la Ministra de Ambiente, Lorena Tapia, recalcó que para esta Cartera de Estado, como Máximo rector Ambiental del país, es fundamental aunar esfuerzos con todas las instituciones afines, para fortalecer las acciones de conservación del cóndor andino.
En ese sentido, explicó que la Secretaría de Ambiente otorga todo el apoyo necesario para los centros de rescate, refugios y zoológicos del país. Estos lugares son el hogar de muchos animales que no pueden volver a su hábitat natural, evitan su muerte segura y les da otra oportunidad de vida, siempre que tengan todas las condiciones adecuadas y cumplan con las obligaciones que exige la normativa ambiental.
Ese es el caso de Guambi, encontrado el 22 de julio de año pasado por una familia de cuyo apellido adoptó el nombre. Este espécimen fue observado mientas intentaba volar en un sector aledaño a la Reserva Biológica Antisana (provincia de Pichincha). Sin embargo, sus intentos eran nulos. Al notar esta anomalía, la familia se contactó con el MAE. De manera inmediata, un contingente de la Institución se trasladó al lugar y lo rescató.
Cuando recibió atención en el hospital de fauna silvestre de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), las radiografías revelaron que los huesos del ala derecha estaban destrozados. Aparentemente, la fractura fue causada por golpes con un palo o una piedra, cuando intentaban cazarlo. De manera lamentable, se verificó que la rotura no podía ser operada, pero sí se podía salvar la vida del ejemplar juvenil que tenía graves síntomas de deshidratación e inanición.
Una vez que recuperó las fuerzas, el cóndor fue trasladado al refugio de vida silvestre denominado Centro de rescate y tránsito de fauna silvestre el Ilitio, en la provincia de Cotopaxi. En este lugar, recibió todas las atenciones necesarias y no se escatimaron esfuerzos para garantizar su sobrevivencia.
Tristemente, Guambi no podrá ser liberado en su hábitat natural, la fractura en el ala le imposibilita la capacidad de realizar vuelos largos, y por tanto de vivir en estado silvestre. Sin embargo, puede efectuar al 100% todas sus otras funciones biológicas, como comer, movilizarse a saltos, realizar vuelos cortos y reproducirse.
Por ello, en coordinación con el Grupo Nacional de trabajo del Cóndor Andino (GNTCA) se decidió trasladarlo al nuevo refugio para cóndores en Cuenca. Este ejemplar será parte de un plan de reproducción en cautiverio, con base en las experiencias obtenidas con la pareja de cóndores de Zoológico de Quito, misma que ya ha procreado cinco crías con éxito. Dos de sus hijos han sido apartados y se espera que alcancen la edad indicada para ser liberados con el objetivo de repoblar los Andes ecuatorianos con estas aves majestuosas.
Además, se ha denominado a Guambi como un embajador de su especie. Su presencia será vital para fortalecer los planes de educación y sensibilización enfocados en la preservación de estos colosos de los aires.
Su nuevo hogar fue adecuado según las exigencias de la Autoridad Ambiental para que el espécimen se desarrolle en las condiciones más adecuadas. El refugio, construido durante seis meses en una montaña, tiene una extensión de más de 1 100 metros cuadrados de extensión y con aproximadamente 10 000 metros cúbicos para que se desplace, trepe a posaderos, perchaderos. Además, posee un área de cubiles de aislamiento, tratamiento y rehabilitación.
Pese a que Guambi no pudo volver a su hábitat, tuvo otra oportunidad de vida y contribuirá para que su especie no desaparezca.