MAE apoya la ratificación del Ecuador en Protocolo de Nagoya

Hoy, la Viceminstra del Ambiente, Mónica Hidalgo, participó en la reunión que dará inicio al pedido de aprobación del Protocolo de Nagoya sobre el acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa. La Comisión de Soberanía, Integración, Relaciones Internacionales y Seguridad Integral, presidida por el asambleísta Fernando Bustamante, extendió la invitación al Ministerio del Ambiente, como principal rector ambiental del país, para que explique su posición frente a este acuerdo.
“El Protocolo de Nagoya es un marco regulatorio global de todo acceso, uso y reparto de recursos genéticos. Para su implementación necesita que 50 países lo ratifiquen, 18 ya lo han hecho, entre ellos Colombia y Perú, de América Latina”, explicó la Viceministra.
Actualmente, el Ecuador se encuentra en un proceso de negociación para suscribir este protocolo. “Lo que garantiza esta suscripción es un acceso justo y equitativo a todo lo que son recursos genéticos y los beneficios que demanden o que se deriven de los mismos”, ratificó Hidalgo.
La posición del MAE es apoyar la ratificación del Protocolo de Nagoya. “Pero para ello, necesitamos que haya una redistribución equitativa y adecuada de los recursos que provienen de la biodiversidad del Ecuador”, afirmó la Autoridad Ambiental.
El objetivo principal de este protocolo es la consagración de la diversidad biológica. “El Ecuador es uno de los países más megadiversos, es un etnocentro, donde en un km² podemos encontrar el mayor número de especies de flora y fauna que en ninguna otra parte del mundo”, afirmó Hidalgo. Por ello, resulta fundamental suscribirlo.
Otro de los objetivos es la utilización sostenible. “En este punto, queremos aplicar un marco que permita que estos recursos tengan un uso racional, que pueda transmitirse a las futuras generaciones y también que conlleve una responsabilidad social, económica y ambiental, que antes no tenía importancia”, aseveró la Hidalgo.
Y finalmente, se busca la participación justa y equitativa de los beneficios de la diversidad biológica y el aprovechamiento y utilización de los recursos genéticos, a través del acceso apropiado de los mismos y de la transferencia adecuada de tecnología, contribuyendo principalmente a la conservación biológica y al uso sostenible de sus componentes.